25 feb 2011

La ciencia y el método científico


Ciencia es entender las cosas. Al referirse alguien a ciencia, está adoptando una conexión con un instrumento vital para conocer cada elemento que forma la estructura de las cosas y los hechos. Se trata del entendimiento para llegar a una certeza, comprendida por todos, cognoscible, eso a lo que Unamuno llamaba, separando verdad y razón: “la razón es aquello en lo que todos estamos de acuerdo”, o más bien puede estar de acuerdo, porque un razonamiento está basado en un resultado llevado a través del método para que el conocimiento individual pueda adquirirlo y asumirlo como verdad.

De la ciencia

La ciencia, como herramienta humana, es hasta el momento la mejor forma de llegar a la conclusión de las cosas de manera certera, sin que otra cosa inventada por el hombre hasta el momento haya podido superarla. El método científico, visto de diferentes formas, pues además existen muchas clases de métodos, alcanza lo que el ser humano anhela como ente que razona, comprender lo que le rodea, y comprenderse a sí mismo. No es infalible, pues distintos métodos e iguales ganas de alcanzar esa certeza razonada han sido superados por métodos diferentes o iguales llevados a cabo por personas en momentos posteriores, pero con conocimientos acumulados; no importa, es otra característica de la ciencia, que no tiene miedo al cambio, tener como posible consecuencia el modificar completamente el planteamiento inicial, pues su objetivo no es hacer un dogma, sino destruirlo.

El rigor en el método científico ha sido clave para la revolución científica llevada a cabo por la humanidad, esencial para aplicar correctamente la ciencia en cada momento, y evolucionarla. El método científico no se anquilosa, no es siempre igual, es variable e indefinidamente mejorado, siendo cada vez más fuerte. Esto es lo que nos ha dado los beneficios claramente observables a nivel técnico y tecnológico, aplicados a todo ámbito de nuestra vida, la medicina, la convivencia... Por eso es tan importante, y por eso la sociedad podrá cambiar ideologías y creencias políticas más o menos estáticas o religiosidad, pero nunca podrá cambiar la ciencia, ni eliminar el método científico. Es de vital importancia para entender cualquier razonamiento planteado, saber mínimamente qué es el método científico.



Al hablar de un resultado científico hay que hablar de verdades provisionales y certezas razonadas, que son matizables según qué método o incluso, asumir que pueden ser erróneas, y según sean aplicadas a cada rama de la ciencia. Pero primero entendamos a qué ciencias nos referimos: hablamos de ciencias formales y empíricas, las primeras, la lógica y las matemáticas, las cuales solo atañen la coherencia interna de su estructura, es decir quedan completamente aisladas del mundo observable y de los hechos, siendo por tanto, podría decirse, como simbología pura. Me gustaría recordar, para entender la importancia de las ciencias formales, algo que pensaba el gran Kepler: antes del Universo, y de Dios mismo, ya existían las matemáticas. En el caso de las segundas, las ciencias empíricas o descriptivas, se ocupan de la realidad, siendo por tanto comprensibles mediante la observación y la experiencia, y hablamos tanto de las ciencias Naturales, bien valdría como ejemplo la química o la física, como de las Sociales, siendo algunas de ellas la Politología o la Economía, de gran interés particular.

Del método científico

Es el procedimiento, la vía para alcanzar el éxito, cualquiera que sea su ámbito. No se puede hablar de un único método, eso es un error, tenemos que hablar de métodos concretos y aproximados. Pero, en esencia, todos nacen de dos métodos, los cuales ahora trataré de explicar de manera simple: el método deductivo y el método inductivo.
  • Método deductivo
Es un método de arriba hacia abajo. Arriba están los principios, abstractos, generalizados, de los cuales, se extrae una conclusión concreta. Del dúo que conforman estos métodos fundamentales, es en mi opinión el mejor, pues es cuasi-infalible. Si es cierto ese principio general, indudablemente es cierta esa conclusión particular. Pero infalibilidad en la conclusión final no significa que sea perfecto, pues perfecto es sólo en las ciencias formales, no empíricas, y para entenderlo pondré un ejemplo: los números 1, 2, 3, 5, 7 y 11 conforman un conjunto de números primos (un nº solo divisible entre 1 y entre sí mismo); el número 7 está en ese conjunto; por tanto, el nº 7 es un número primo. Esta regla es inquebrantable, podríamos decir. Pero es imperfecta en el caso de las ciencias que necesitan de observación y experiencia, pondré dos ejemplos para verlo: Todos los vehículos necesitan de un elemento que aporte energía para moverse; un coche, es un vehículo, por tanto un coche necesita de un elemento que aporte energía para que pueda moverse. Esto es razonable, difícilmente alguien que esté leyendo esto piense que esto no sea así, dada la experiencia individual, es por tanto una certeza.

Pero expondré un segundo ejemplo, pues las certezas a las que podemos llegar pueden ser precipitadas, ya que aunque no puedan ser falsables en el momento (hablaré de esto después), esto es quizás por la falta de rango de falsación, suponiendo a veces la creación de premisas de ignorancia relativa: Los seres vivos son mortales; las medusas son seres vivos; las medusas son mortales. Esto, tan evidente, podríamos decir que es falso, pongamos de ejemplo la Turritopsis nutricola, la cual, es una medusa capaz de involucionar llegado un momento de madurez hasta regresar a un estado originario, para de nuevo desarrollarse normalmente sin interrumpir el ciclo. En este caso la consistencia de que la vida es mortal se mantiene relativamente, pues ninguna de sus células son inmortales. Es decir, es el conjunto que autocompone el ser viviente el que es imperecedero, dado el extraodinario desarrollo de evolución e involución física. Para terminar con el ejemplo, el ser en sí desaparece, pero no su estructura. Extrapolado a un ser humano, un hombre adulto volvería a su inicial estado embrionario, desapareciendo cualquier rastro de lo que realmente era su ser in essentia, pero la estructura físico-genética se mantendría.

El método deductivo es cuasi-infalible pero imperfecto, por lo antes expuesto, y está sujeto a la falsación, un método de contrastación. En la falsación, formulada  entre otros por Pooper, una conclusión es sometida constantemente a la averiguación de alguna contradicción. En el momento en que aparezca un ejemplo posible que no concuerde con la conclusión obtenida estaremos ante una hipótesis inválida.
  • Método inductivo
Es un método de abajo hacia arriba. Está sujeto a la verificación. Opuesta a la falsación, la verificación consiste en comprobar la verificabilidad de una conclusión o planteamiento, yendo en concordancia con los hechos ocurridos. El método inductivo, por tanto, extrae de manera probabilística una conclusión general de elementos particulares, al contrario que el método de deducción. Cuando se observa un suceso, y si es verificable en momentos posteriores, se formula una teoría cierta, en base a la observación. Todos los acontecimientos de igual rango podrán ser aplicados a dicha teoría, lo cual genera una gran facilidad de entendimiento. Pero nada impide que en un momento posterior se encuentre un contraejemplo que destruya la teoría formulada. Para ver esto, volveré plantear un ejemplo: Cada día, mi despertador suena a las 8 a.m.; por tanto, mañana, como cada día, me levantaré a las 8 a.m. Es una observación inductivista puesto que el sujeto verifica que cada día su despertador suena a las 8 a.m. Pero resulta que un día, o bien muero, o mi despertador deja de funcionar, y ese día no me despertaré a las 8 a.m. Es un método fácil, pero muy imperfecto.

El modelo científico simplificado
Parte de la base del modelo hipotético-deductivo. Aquí, trataré de simplificar este modelo conjuntamente con el método del MC-14 científico, utilizando los métodos fundamentales vistos antes y ponderándolo con el modelo científico escéptico propuesto por Francis Bacon, empirista, allá por finales del s. XVI y principios del s. XVII, estando todos ellos basados en una misma estructura, con una serie de etapas:
  • Etapa de observación: es aquí donde se inicia el descubrimiento, se formula un problema o una situación a investigar, por una serie de causas que producen interés científico.
  • Etapa hipotética: se crea una explicación de la hipótesis, la cual ha de ser consecuente, y tiene que realizarse en actitud científica, esto es, ser escépticos en el planteamiento de dicha hipótesis, y ha de poderse contrastar.
  • Etapa deductiva: hay que extraer las consecuencias de dicha hipótesis si fuese cierta mediante el método deductivo. Hay que llegar a conclusiones razonables, que, por tanto, puedan ser ciertas.
  • Etapa inductiva: hay que recurrir a la experimentación. Para ello, y dado la imposibilidad de estudiar todos los casos, habrá que atenerse a un número determinado de ellos para poder validar dicha hipótesis. Se crea el problema de la probabilística. Sólo hay dos salidas, o bien se refuta la hipótesis, o bien se confirma.
    • Refutación de la hipótesis: no se cumple lo previsto y, como la actitud crítica propia de la ciencia manda, hay que replantear la hipótesis.
    • Validación de la hipótesis: si se cumple lo previsto, entonces tenemos una hipótesis cierta.
  • Formulación de la teoría: es precisamente lo definitivo, lo que convierte en una certeza científica una conclusión de algo investigado. La clave es que no es inmóvil; es Teoría porque no es dogma. Eso es lo que lo hace tan fiable respecto a la auténtica verdad en contraste de verdades religiosas o morales.
Para que no te engañen, como dije en un artículo anterior sobre falacias, hay que plantear las cosas mediante una actitud crítica y de manera estructural, alcanzando la certeza de las cosas mediante estos pasos modélicos de la ciencia, que contribuirán a sacarte a ti y a los que te rodean de la paranoia y la ignorancia.
Esto es fundamental para entender hechos pasados o venideros, sobre la resolución de problemas que quedan intoxicadas porque nuestro conocimiento sobre las cosas sea solo superficial y no se puedan entender de fondo las circunstancias sobre un hecho al que ponemos en duda, o que lo damos cierto de antemano.

Alvaro Antoral.

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